El Club Deportivo Los Millonarios sigue dando de qué hablar en este inicio de campeonato: un equipo aplicado en sus líneas, donde demuestra que tiene con qué pelear por un nuevo torneo y la mentalidad presentada en dos juegos parece ser indicio de una actualidad azul que promete e invita a la ilusión.
Pero no hay que ser triunfalistas: Millonarios presenta una nómina que hace varios años se conoce, salvo el caso de seis o siete refuerzos que han demostrado quererse ganar la titularidad dentro del terreno de juego. Rubén Bustos sigue mostrando que sus cobros en media distancia son letales (y todavía no se entiende por qué el anterior técnico no lo dejaba cobrar, sino que le daba la oportunidad al delantero Rodríguez); que Omar Vázquez, el juvenil millonario, tiene argumentos de sobra para amasar el balón, pero su contextura física no le ayuda en el “hombre contra hombre”; que Gerardo Bedoya no sólo tiene ganada la titularidad, sino que demuestra que la jerarquía no se improvisa; que José Cuadrado empezó con un gol por partido, pero donde no ha tenido la culpa por incidir en ellos; que Carmelo Valencia tiene asociación y se sigue entregando sin parar a la camiseta.
No hemos visto el debut de dos delanteros que serían fórmulas de compañía para el “Tutunendo”: León Darío Muñoz y Oscar Briceño, quienes vienen con un rótulo de baja aceptación dentro de la hinchada, pero que se deben ganar esa titularidad y confianza con entrenamiento, sacrificio y amor propio, que algunos no tienen. El profesor García y su asistente Barragán tienen contacto “directo” con la hinchada mediante un blog en la página oficial del albiazul y han querido mantener el perfil bajo de acuerdo a su sapiencia futbolística. No han estado tan reacios a la prensa pero hablan cuando es necesario y no invitan a la ilusión de campeonato a la parcial, sino que animan a acompañar al equipo en cualquier terreno de juego. Ese silencio plausible puede ser el inicio de un nuevo trasegar para alcanzar el objetivo común que todo hincha quiere: ser campeón después de tanto ayuno de gloria perdida.
Puede que el error de Javier Araújo haya sido un detonante para entender que los partidos duran noventa minutos, que ninguna jugada está escrita pero es de admirar que reconocer los errores será fundamental para aprender de ellos y, ojalá, no repetirse nunca más. Un punto, podrían ser tres por lo que Millonarios asumió para el encuentro, que suma; es la famosa “media inglesa” de ganar de local y empatar de visitante. En ese orden de ideas, ganando todo en casa, en la fecha 15 podríamos estar clasificados. No ensillemos antes de montar la bestia, reza el refrán popular, pero hay derecho a ilusionarse porque esa es la razón del hincha.
Este domingo a las seis de la tarde será el tercer encuentro del Embajador con el Tolima, quien ha perdido sus dos encuentros; recordamos que el semestre pasado nos decían el “levantamuertos”. La mentalidad de nosotros, los hinchas, es de alentar en las buenas y en las malas: nunca olvidemos eso.
El gigante azul empieza a despertar...
Pero no hay que ser triunfalistas: Millonarios presenta una nómina que hace varios años se conoce, salvo el caso de seis o siete refuerzos que han demostrado quererse ganar la titularidad dentro del terreno de juego. Rubén Bustos sigue mostrando que sus cobros en media distancia son letales (y todavía no se entiende por qué el anterior técnico no lo dejaba cobrar, sino que le daba la oportunidad al delantero Rodríguez); que Omar Vázquez, el juvenil millonario, tiene argumentos de sobra para amasar el balón, pero su contextura física no le ayuda en el “hombre contra hombre”; que Gerardo Bedoya no sólo tiene ganada la titularidad, sino que demuestra que la jerarquía no se improvisa; que José Cuadrado empezó con un gol por partido, pero donde no ha tenido la culpa por incidir en ellos; que Carmelo Valencia tiene asociación y se sigue entregando sin parar a la camiseta.
No hemos visto el debut de dos delanteros que serían fórmulas de compañía para el “Tutunendo”: León Darío Muñoz y Oscar Briceño, quienes vienen con un rótulo de baja aceptación dentro de la hinchada, pero que se deben ganar esa titularidad y confianza con entrenamiento, sacrificio y amor propio, que algunos no tienen. El profesor García y su asistente Barragán tienen contacto “directo” con la hinchada mediante un blog en la página oficial del albiazul y han querido mantener el perfil bajo de acuerdo a su sapiencia futbolística. No han estado tan reacios a la prensa pero hablan cuando es necesario y no invitan a la ilusión de campeonato a la parcial, sino que animan a acompañar al equipo en cualquier terreno de juego. Ese silencio plausible puede ser el inicio de un nuevo trasegar para alcanzar el objetivo común que todo hincha quiere: ser campeón después de tanto ayuno de gloria perdida.
Puede que el error de Javier Araújo haya sido un detonante para entender que los partidos duran noventa minutos, que ninguna jugada está escrita pero es de admirar que reconocer los errores será fundamental para aprender de ellos y, ojalá, no repetirse nunca más. Un punto, podrían ser tres por lo que Millonarios asumió para el encuentro, que suma; es la famosa “media inglesa” de ganar de local y empatar de visitante. En ese orden de ideas, ganando todo en casa, en la fecha 15 podríamos estar clasificados. No ensillemos antes de montar la bestia, reza el refrán popular, pero hay derecho a ilusionarse porque esa es la razón del hincha.
Este domingo a las seis de la tarde será el tercer encuentro del Embajador con el Tolima, quien ha perdido sus dos encuentros; recordamos que el semestre pasado nos decían el “levantamuertos”. La mentalidad de nosotros, los hinchas, es de alentar en las buenas y en las malas: nunca olvidemos eso.
El gigante azul empieza a despertar...
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