“En un partido que arrancó muy bien para ambas escuadras, el clásico capitalino se diluyó con la lluvia que cayó en el Nemesio. Rabia e impotencia, pero sin malestar por tener la posibilidad de clasificar en casa, se sintió en la cancha. Eso si: seguimos mostrando, una y mil veces más, que sobra hinchada”.
El clásico capitalino se mostró, durante el primer tiempo, como un partido aguerrido, de lado y lado, con situaciones reales y opciones directas al arco. El desempeño del equipo millonario fue bueno, salvo la jugada del gol que nos hace el rival (una desconcentración imperdonable desde un saque de banda); pero así como ellos se quejan de una jugada de penal, los azules nos quejamos del gol de Helinho, que hubiese sido la victoria para el club más veces campeón de nuestro país.
El rendimiento de los jugadores cada vez es mejor, y a pesar que algunos goles han sido desde el punto penal, los que se visten con la casaca no les queda grande manejar la presión de una hinchada que no sólo pide entrar a los Cuadrangulares, sino que pide estrella (y cómo no después de veinte años de sequía…). Ninguno fue ajeno a las desconcentraciones, pero cuando parecía, por pasajes del partido, que el rojo bogotano se acercaba, Millonarios y sus jugadores creaban nuevas opciones y marcas personales para contrarrestar los embates del local (recuerden: solo por taquilla, porque quedó demostrado que llenamos hasta de visitante). Un clásico que quedó en tablas, empate, pero que le favoreció a Millonarios: la victoria hubiese sido más que merecida, pero faltó algo… Error del árbitro, los jugadores no la meten o sólo suerte del rojo? Quedará la duda hasta el próximo año: la “paternidad”, que sumará tres años en 2009, es más que molesta. Incomoda mucho.
Ahora: los rivales de Millonarios no son nada fáciles en estas tres fechas restantes. El blanco de Manizales llega fortalecido por su reciente victoria en condición de local: lo bueno es que no juega Ciciliano (es que, la verdad, se notaba con su expulsión que no quería jugar en Bogotá. No sabemos si por respeto o por la hinchada que lo podría presionar de forma constante). Contra Bucaramanga, como visitante, y Envigado, éste último en condición de local: difíciles encuentros, puesto que ambos equipos pelean por no descender. Así que el 80% de la clasificación está en casa: este domingo y más que nunca, alentando al más veces campeón.
El clásico capitalino se mostró, durante el primer tiempo, como un partido aguerrido, de lado y lado, con situaciones reales y opciones directas al arco. El desempeño del equipo millonario fue bueno, salvo la jugada del gol que nos hace el rival (una desconcentración imperdonable desde un saque de banda); pero así como ellos se quejan de una jugada de penal, los azules nos quejamos del gol de Helinho, que hubiese sido la victoria para el club más veces campeón de nuestro país.
El rendimiento de los jugadores cada vez es mejor, y a pesar que algunos goles han sido desde el punto penal, los que se visten con la casaca no les queda grande manejar la presión de una hinchada que no sólo pide entrar a los Cuadrangulares, sino que pide estrella (y cómo no después de veinte años de sequía…). Ninguno fue ajeno a las desconcentraciones, pero cuando parecía, por pasajes del partido, que el rojo bogotano se acercaba, Millonarios y sus jugadores creaban nuevas opciones y marcas personales para contrarrestar los embates del local (recuerden: solo por taquilla, porque quedó demostrado que llenamos hasta de visitante). Un clásico que quedó en tablas, empate, pero que le favoreció a Millonarios: la victoria hubiese sido más que merecida, pero faltó algo… Error del árbitro, los jugadores no la meten o sólo suerte del rojo? Quedará la duda hasta el próximo año: la “paternidad”, que sumará tres años en 2009, es más que molesta. Incomoda mucho.
Ahora: los rivales de Millonarios no son nada fáciles en estas tres fechas restantes. El blanco de Manizales llega fortalecido por su reciente victoria en condición de local: lo bueno es que no juega Ciciliano (es que, la verdad, se notaba con su expulsión que no quería jugar en Bogotá. No sabemos si por respeto o por la hinchada que lo podría presionar de forma constante). Contra Bucaramanga, como visitante, y Envigado, éste último en condición de local: difíciles encuentros, puesto que ambos equipos pelean por no descender. Así que el 80% de la clasificación está en casa: este domingo y más que nunca, alentando al más veces campeón.
Domingo, último partido de la jornada, 5:20 de la tarde. Estamos llamados a ser grandes, y esta hinchada se merece más.