martes, 28 de octubre de 2008

UN CLÁSICO EN TABLAS, PERO LA CLASIFICACIÓN ESTÁ EN CASA

“En un partido que arrancó muy bien para ambas escuadras, el clásico capitalino se diluyó con la lluvia que cayó en el Nemesio. Rabia e impotencia, pero sin malestar por tener la posibilidad de clasificar en casa, se sintió en la cancha. Eso si: seguimos mostrando, una y mil veces más, que sobra hinchada”.

El clásico capitalino se mostró, durante el primer tiempo, como un partido aguerrido, de lado y lado, con situaciones reales y opciones directas al arco. El desempeño del equipo millonario fue bueno, salvo la jugada del gol que nos hace el rival (una desconcentración imperdonable desde un saque de banda); pero así como ellos se quejan de una jugada de penal, los azules nos quejamos del gol de Helinho, que hubiese sido la victoria para el club más veces campeón de nuestro país.

El rendimiento de los jugadores cada vez es mejor, y a pesar que algunos goles han sido desde el punto penal, los que se visten con la casaca no les queda grande manejar la presión de una hinchada que no sólo pide entrar a los Cuadrangulares, sino que pide estrella (y cómo no después de veinte años de sequía…). Ninguno fue ajeno a las desconcentraciones, pero cuando parecía, por pasajes del partido, que el rojo bogotano se acercaba, Millonarios y sus jugadores creaban nuevas opciones y marcas personales para contrarrestar los embates del local (recuerden: solo por taquilla, porque quedó demostrado que llenamos hasta de visitante). Un clásico que quedó en tablas, empate, pero que le favoreció a Millonarios: la victoria hubiese sido más que merecida, pero faltó algo… Error del árbitro, los jugadores no la meten o sólo suerte del rojo? Quedará la duda hasta el próximo año: la “paternidad”, que sumará tres años en 2009, es más que molesta. Incomoda mucho.

Ahora: los rivales de Millonarios no son nada fáciles en estas tres fechas restantes. El blanco de Manizales llega fortalecido por su reciente victoria en condición de local: lo bueno es que no juega Ciciliano (es que, la verdad, se notaba con su expulsión que no quería jugar en Bogotá. No sabemos si por respeto o por la hinchada que lo podría presionar de forma constante). Contra Bucaramanga, como visitante, y Envigado, éste último en condición de local: difíciles encuentros, puesto que ambos equipos pelean por no descender. Así que el 80% de la clasificación está en casa: este domingo y más que nunca, alentando al más veces campeón.
Domingo, último partido de la jornada, 5:20 de la tarde. Estamos llamados a ser grandes, y esta hinchada se merece más.

jueves, 23 de octubre de 2008

UNA BUENA Y UNA MALA: ¡A GANARLE A LOS HIJOS ROJOS!

“Dos partidos, dos emociones distintas. Si la derrota en Tunja dolió, ganarle al Huila, sufriendo, nos dejó respirando mejor. Se viene el clásico capitalino: a gozar con nuestros hijos”.

Hablar de la derrota de Millonarios en Tunja, después de haber ganado en casa ante el Huila (como siempre debe ser), podría ser ilógico por ser un "periódico de ayer". Pero hay alguna similitud entre los partidos disputados domingo y miércoles respectivamente. Las falencias defensivas mostradas en Tunja se resolvieron en Bogotá gracias a la buena actuación de sus centrales; se debe reconocer que Iván Hurtado hace mucha falta dentro la zaga, pero así como se perdió el libreto en tres minutos en la capital boyacense, se recuperó en la capital de la República la confianza en algo donde siempre hubo necesidad de corregir, cuando el "Bam-Bam" no está.

La zona del medio campo no tuvo que ver en la derrota pasada y fue determinante en la victoria de la noche anterior: los volantes de contención como Andrés Pérez y Gerardo Bedoya fueron importantísimos a la hora de cortar los avances rivales en los dos partidos. Jonathan Estrada sigue teniendo altas y bajas: en los primeros tiempos rinde muy bien, pero a medida que transcurre el segundo se diluye y es necesario que entre alguien a darle más oxígeno, como lo fue Javier Araújo. Para resaltar de este último jugador, anoche en el Campín tuvo una voluntad determinante para que el resultado no fuera adverso o empate: estuvo, permanentemente, encarando al rival, confundiéndolo, moviendo espacios y permitió que Millonarios tuviera más movilidad ofensiva.

Los delanteros también siguen, algunos, en deuda: Luis Tejada no tuvo la buena fortuna anoche con un soberbio remate sin dejarla caer al piso; le falta el centavo para el peso. Milton ha estado en todas, jugando de pívot, pero desafortunadamente sin gol. Helinho no estuvo tan presente en Tunja, pero anoche tuvo un solo balón para definir y sólo ese le bastó al azul para ganar su compromiso ante el equipo opita.

Si bien el partido, en resumen, ante el Boyacá Chicó se perdió por dos desconcentraciones en la parte defensiva, Millonarios tuvo franca recuperación en el partido contra el Huila. Si el Boyacá Chicó ganó su partido por no ser austero en su planteamiento ofensivo, el Huila con doble línea de cuatro lo perdió. Dos equipos diferentes, pero donde se develaron errores que, desde otro punto de vista menos este, serían imperdonables. Los jugadores en los dos partidos han estado más que comprometidos con la causa y nunca se han dado por vencidos. Lo único para resaltar de estos dos encuentros, donde la Agru-Pasión viajó a Tunja en su primer periplo por fuera de la ciudad, cabe anotar que seguimos siendo resultadistas. Da tristeza ver un miércoles en la noche a diez mil personas que son las fieles, las que siempre van, y que no se comen el cuento de ir únicamente a los clásicos: ¿y los otros treinta mil, que acompañaron en Copa Suramericana el mismo día o que fueron a los dos clásicos, dónde están? Lo importante es que nuestra barra crece cada día y demostramos, partido tras partido, local o visitante, que estamos en las buenas y en las malas con nuestro amado Club.

Ahora, llegará el clásico capitalino, donde oficiaremos de visitantes (sólo un decir, porque terminamos llenando): este partido NO SE PUEDE PERDER. No sólo por el orgullo: también porque necesitamos, imperativamente, estar en los Ocho de Colombia. Sábado 25 de Octubre, 6:20 de la tarde, en el Nemesio: nos volveremos a ver, hijos nuestros.

PS: la Junta Directiva de la Agru-Pasión Gallina agradece a sus nuevos socios y en especial a los once valientes, que sin importar la distancia y llegar tarde a nuestras casas, acompañaron en la derrota a nuestro Club. El compromiso, amigos, no es con la Junta o con el Presidente de la Barra. Es con el Club Deportivo Los Millonarios: porque le hemos dado y le seguiremos dando todo a él.

sábado, 4 de octubre de 2008

CUATRO RESPIROS...

"Dos goles del debutante Elinho, el reencuentro de Milton con el gol y una pintura de Estrada adornaron la noche capitalina. Respiramos, por ahora, en el tercer lugar del torneo local. Pensando, dentro de quince días, con el Boyacá Chicó. Seguí ganando / Millos seguí ganando / Seguí ganando que me vas a enloquecer".
Dentro de todo lo que podía salir bien en la noche capitalina, Millonarios tuvo un rival que no lo complicó. Es complejo poder romper el arco rival cuando hay ocho y hasta nueve jugadores que defienden su portería; y es que no era para menos: el Pasto, con sus afugias económicas y de carácter institucional, venía de hacer dos presentaciones destacadas en Bogotá (no perdió con los cardenales y le ganó a La Equidad en Techo) y no deseaban tener una peor presentación que la vista anoche. Y aún así no bastó para lo que llegaría después...

Entrando a los detalles del club embajador, el profesor Quintabani tuvo que confeccionar una nómina que respondiera a los intereses millonarios y entendió que para poder entrar a los “Ocho de Colombia” debe tener un equipo balanceado, equilibrado en todas sus líneas. Los cambios sustanciales, prolongados por las malas decisiones arbitrales, fueron notorios: el debut del brasileño Elinho no pudo ser mejor con dos goles que le valieron a Millonarios acabar con la sequía de más de 400 minutos sin anotar en arco contrario. Un “gallo tapao” el que vimos anoche en el Campín: diagonales perfectas, notorio entendimiento con Javier Araújo, pívot cuando se lo pidió el entrenador y dos goles que, reiteramos, suman a la causa embajadora. Oscar Córdoba, insultado por unos y vitoreado por otros, tuvo una noche rendidora: desde que llegó para ser el uno azul no había podido dejar su arco en ceros y eso suma para un portero que infunde respeto en cualquier parte del globo terráqueo. La defensa más que aplicada: Hurtado regresó a su posición habitual y tuvo la velocidad, junto con Efraín Cortés, para achicar los embates pastusos. El medio campo más que satisfactorio: Rafa Robayo y Andrés Pérez, quien anda por un nivel superior al visto en las primeras jornadas, fueron los dos “capos” del medio campo. Partido aparte se jugó Jonathan Estrada puesto que su nivel venía de capa caída: aún así, con diez minutos malísimos, se echó el equipo al hombro y con el debutante demostraron que pueden tener esa responsabilidad. Milton, nuestro goleador, se reencontró con el gol, por ese que trabaja día a día.

Ganamos, gustamos y goleamos. Esa es la realidad. A pesar que toda la fecha se jugará en el resto del fin de semana, nuestros quince días de espera por el receso obligado de Selección Colombia, somos terceros y esperando que aquellos que nos acechan no sumen por tres o uno.

Elinho, doblemente bienvenido; Estrada, ¡qué golazo!; Milton, nuestro goleador. Los cuatro goles que no vimos en los cuatro partidos pasados, se reflejaron en la fría noche de viernes. Ojalá no vuelvan a programar otro partido en este día: por lo menos, en la capital, invita más un sábado o domingo. Los que seguimos fielmente al millonario, donde sea, bajo frío, lluvia, calor, día o noche, vamos a estar presentes. Quince días con la tranquilidad, pero con el firme compromiso, para estar dentro de las finales.