"Dos goles del debutante Elinho, el reencuentro de Milton con el gol y una pintura de Estrada adornaron la noche capitalina. Respiramos, por ahora, en el tercer lugar del torneo local. Pensando, dentro de quince días, con el Boyacá Chicó. Seguí ganando / Millos seguí ganando / Seguí ganando que me vas a enloquecer".
Dentro de todo lo que podía salir bien en la noche capitalina, Millonarios tuvo un rival que no lo complicó. Es complejo poder romper el arco rival cuando hay ocho y hasta nueve jugadores que defienden su portería; y es que no era para menos: el Pasto, con sus afugias económicas y de carácter institucional, venía de hacer dos presentaciones destacadas en Bogotá (no perdió con los cardenales y le ganó a La Equidad en Techo) y no deseaban tener una peor presentación que la vista anoche. Y aún así no bastó para lo que llegaría después...
Entrando a los detalles del club embajador, el profesor Quintabani tuvo que confeccionar una nómina que respondiera a los intereses millonarios y entendió que para poder entrar a los “Ocho de Colombia” debe tener un equipo balanceado, equilibrado en todas sus líneas. Los cambios sustanciales, prolongados por las malas decisiones arbitrales, fueron notorios: el debut del brasileño Elinho no pudo ser mejor con dos goles que le valieron a Millonarios acabar con la sequía de más de 400 minutos sin anotar en arco contrario. Un “gallo tapao” el que vimos anoche en el Campín: diagonales perfectas, notorio entendimiento con Javier Araújo, pívot cuando se lo pidió el entrenador y dos goles que, reiteramos, suman a la causa embajadora. Oscar Córdoba, insultado por unos y vitoreado por otros, tuvo una noche rendidora: desde que llegó para ser el uno azul no había podido dejar su arco en ceros y eso suma para un portero que infunde respeto en cualquier parte del globo terráqueo. La defensa más que aplicada: Hurtado regresó a su posición habitual y tuvo la velocidad, junto con Efraín Cortés, para achicar los embates pastusos. El medio campo más que satisfactorio: Rafa Robayo y Andrés Pérez, quien anda por un nivel superior al visto en las primeras jornadas, fueron los dos “capos” del medio campo. Partido aparte se jugó Jonathan Estrada puesto que su nivel venía de capa caída: aún así, con diez minutos malísimos, se echó el equipo al hombro y con el debutante demostraron que pueden tener esa responsabilidad. Milton, nuestro goleador, se reencontró con el gol, por ese que trabaja día a día.
Ganamos, gustamos y goleamos. Esa es la realidad. A pesar que toda la fecha se jugará en el resto del fin de semana, nuestros quince días de espera por el receso obligado de Selección Colombia, somos terceros y esperando que aquellos que nos acechan no sumen por tres o uno.
Elinho, doblemente bienvenido; Estrada, ¡qué golazo!; Milton, nuestro goleador. Los cuatro goles que no vimos en los cuatro partidos pasados, se reflejaron en la fría noche de viernes. Ojalá no vuelvan a programar otro partido en este día: por lo menos, en la capital, invita más un sábado o domingo. Los que seguimos fielmente al millonario, donde sea, bajo frío, lluvia, calor, día o noche, vamos a estar presentes. Quince días con la tranquilidad, pero con el firme compromiso, para estar dentro de las finales.
Entrando a los detalles del club embajador, el profesor Quintabani tuvo que confeccionar una nómina que respondiera a los intereses millonarios y entendió que para poder entrar a los “Ocho de Colombia” debe tener un equipo balanceado, equilibrado en todas sus líneas. Los cambios sustanciales, prolongados por las malas decisiones arbitrales, fueron notorios: el debut del brasileño Elinho no pudo ser mejor con dos goles que le valieron a Millonarios acabar con la sequía de más de 400 minutos sin anotar en arco contrario. Un “gallo tapao” el que vimos anoche en el Campín: diagonales perfectas, notorio entendimiento con Javier Araújo, pívot cuando se lo pidió el entrenador y dos goles que, reiteramos, suman a la causa embajadora. Oscar Córdoba, insultado por unos y vitoreado por otros, tuvo una noche rendidora: desde que llegó para ser el uno azul no había podido dejar su arco en ceros y eso suma para un portero que infunde respeto en cualquier parte del globo terráqueo. La defensa más que aplicada: Hurtado regresó a su posición habitual y tuvo la velocidad, junto con Efraín Cortés, para achicar los embates pastusos. El medio campo más que satisfactorio: Rafa Robayo y Andrés Pérez, quien anda por un nivel superior al visto en las primeras jornadas, fueron los dos “capos” del medio campo. Partido aparte se jugó Jonathan Estrada puesto que su nivel venía de capa caída: aún así, con diez minutos malísimos, se echó el equipo al hombro y con el debutante demostraron que pueden tener esa responsabilidad. Milton, nuestro goleador, se reencontró con el gol, por ese que trabaja día a día.
Ganamos, gustamos y goleamos. Esa es la realidad. A pesar que toda la fecha se jugará en el resto del fin de semana, nuestros quince días de espera por el receso obligado de Selección Colombia, somos terceros y esperando que aquellos que nos acechan no sumen por tres o uno.
Elinho, doblemente bienvenido; Estrada, ¡qué golazo!; Milton, nuestro goleador. Los cuatro goles que no vimos en los cuatro partidos pasados, se reflejaron en la fría noche de viernes. Ojalá no vuelvan a programar otro partido en este día: por lo menos, en la capital, invita más un sábado o domingo. Los que seguimos fielmente al millonario, donde sea, bajo frío, lluvia, calor, día o noche, vamos a estar presentes. Quince días con la tranquilidad, pero con el firme compromiso, para estar dentro de las finales.
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