jueves, 23 de octubre de 2008

UNA BUENA Y UNA MALA: ¡A GANARLE A LOS HIJOS ROJOS!

“Dos partidos, dos emociones distintas. Si la derrota en Tunja dolió, ganarle al Huila, sufriendo, nos dejó respirando mejor. Se viene el clásico capitalino: a gozar con nuestros hijos”.

Hablar de la derrota de Millonarios en Tunja, después de haber ganado en casa ante el Huila (como siempre debe ser), podría ser ilógico por ser un "periódico de ayer". Pero hay alguna similitud entre los partidos disputados domingo y miércoles respectivamente. Las falencias defensivas mostradas en Tunja se resolvieron en Bogotá gracias a la buena actuación de sus centrales; se debe reconocer que Iván Hurtado hace mucha falta dentro la zaga, pero así como se perdió el libreto en tres minutos en la capital boyacense, se recuperó en la capital de la República la confianza en algo donde siempre hubo necesidad de corregir, cuando el "Bam-Bam" no está.

La zona del medio campo no tuvo que ver en la derrota pasada y fue determinante en la victoria de la noche anterior: los volantes de contención como Andrés Pérez y Gerardo Bedoya fueron importantísimos a la hora de cortar los avances rivales en los dos partidos. Jonathan Estrada sigue teniendo altas y bajas: en los primeros tiempos rinde muy bien, pero a medida que transcurre el segundo se diluye y es necesario que entre alguien a darle más oxígeno, como lo fue Javier Araújo. Para resaltar de este último jugador, anoche en el Campín tuvo una voluntad determinante para que el resultado no fuera adverso o empate: estuvo, permanentemente, encarando al rival, confundiéndolo, moviendo espacios y permitió que Millonarios tuviera más movilidad ofensiva.

Los delanteros también siguen, algunos, en deuda: Luis Tejada no tuvo la buena fortuna anoche con un soberbio remate sin dejarla caer al piso; le falta el centavo para el peso. Milton ha estado en todas, jugando de pívot, pero desafortunadamente sin gol. Helinho no estuvo tan presente en Tunja, pero anoche tuvo un solo balón para definir y sólo ese le bastó al azul para ganar su compromiso ante el equipo opita.

Si bien el partido, en resumen, ante el Boyacá Chicó se perdió por dos desconcentraciones en la parte defensiva, Millonarios tuvo franca recuperación en el partido contra el Huila. Si el Boyacá Chicó ganó su partido por no ser austero en su planteamiento ofensivo, el Huila con doble línea de cuatro lo perdió. Dos equipos diferentes, pero donde se develaron errores que, desde otro punto de vista menos este, serían imperdonables. Los jugadores en los dos partidos han estado más que comprometidos con la causa y nunca se han dado por vencidos. Lo único para resaltar de estos dos encuentros, donde la Agru-Pasión viajó a Tunja en su primer periplo por fuera de la ciudad, cabe anotar que seguimos siendo resultadistas. Da tristeza ver un miércoles en la noche a diez mil personas que son las fieles, las que siempre van, y que no se comen el cuento de ir únicamente a los clásicos: ¿y los otros treinta mil, que acompañaron en Copa Suramericana el mismo día o que fueron a los dos clásicos, dónde están? Lo importante es que nuestra barra crece cada día y demostramos, partido tras partido, local o visitante, que estamos en las buenas y en las malas con nuestro amado Club.

Ahora, llegará el clásico capitalino, donde oficiaremos de visitantes (sólo un decir, porque terminamos llenando): este partido NO SE PUEDE PERDER. No sólo por el orgullo: también porque necesitamos, imperativamente, estar en los Ocho de Colombia. Sábado 25 de Octubre, 6:20 de la tarde, en el Nemesio: nos volveremos a ver, hijos nuestros.

PS: la Junta Directiva de la Agru-Pasión Gallina agradece a sus nuevos socios y en especial a los once valientes, que sin importar la distancia y llegar tarde a nuestras casas, acompañaron en la derrota a nuestro Club. El compromiso, amigos, no es con la Junta o con el Presidente de la Barra. Es con el Club Deportivo Los Millonarios: porque le hemos dado y le seguiremos dando todo a él.

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