Millonarios se enfrentaba a un alicaído verde de Medellín con la consigna de ganar el super clásico del fútbol colombiano contemporáneo; sin embargo, la falta de precisión para anotar se hizo evidente. Y nos convirtieron. Esto todavía no tiene pies ni cabeza.
Desde la semana que se supo que Millonarios sería visitante en Medellín contra los verdes todo el mundo empezó a especular; y mucho más cuando los dos equipo más importantes de esta etapa contemporánea de nuestro fútbol están, todavía, coleros sin despegar.
Millonarios viajó con la ilusión de ganarle a un equipo que no tiene identidad, que carece de jerarquía hacia su público y que, aprovechando el apoyo de toda aquella ciudad, por fin pudo volver a jugar ante público. Los jugadores de Millonarios restaron importancia ante tal partido; tanto que los mismos ex verdes (el profesor Quintabani y Carmelo Valencia) no estuvieron concentrados en ellos sino en el presente del club embajador.
Entrando de lleno al primer tiempo, Millonarios supo controlar la pelota durante los primeros 35 minutos; abrió espacios, creó opciones de gol pero se equivocó al dejar al Tutunendo solo en la delantera millonaria y no aprovechó los espacios con Luis Tejada, quien convirtió dos goles en el partido de Copa Colombia contra La Equidad. El medio campo lució ordenado, sin afugias, sin desentonar. Jonathan Estrada estuvo mucho más claro durante estos minutos y eso permitió que el mismo estrellara un balón en el horizontal en remate desde fuera del área. La intención de Millonarios siempre fue atacar y nunca esperar al rival dentro de su campo; los delanteros presionaron bien, sin molestias. Aún así, eso no bastó y en los últimos diez minutos Millonarios empezó a ceder el balón y no se esperaba una reacción más que positiva de parte de ellos.
El segundo tiempo es para olvidar: no hubo claridad en la entrega de los balones, los centrales tuvieron momentos de desconcentración, Jonathan y el mismo Gerardo Bedoya se perdieron por pasajes largos de partido, sumado a los otros dos cambios. Sherman Cárdenas, juvenil de 19 años, debutó con el equipo profesional (ya lo había hecho en Copa Colombia con gol) y no fue el diez neto que Millonarios esperó para este tipo de clásico. Luego, en una decisión técnica increíble, el profesor Quintabani envió a la cancha a Milton Rodríguez, que sigue sumando minutos sin anotar y sin ser determinante en el equipo. En varios momentos, el verde paisa se adueñó del balón y mostró a José Cuadrado seguro e inspirado en la valla visitante; en un tiro de esquina, ellos aprovecharon la desconcentración en marcas personales y fue cuando el gol hizo presencia. Aparte de las fallas arbitrales que se presentaron durante todo el partido (el central no supo manejar el encuentro y mucho menos sus tarjetas amarillas o rojas), el claro penal cometido deja mucho que desear. No se pierde por el árbitro, aclaramos, pero la incidencia es notoria; el mismo Quintabani y Bedoya, al terminar el encuentro, decidieron reclamarle airadamente al juez, pero nunca hubo respuesta.
¿Qué se le puede decir a la hinchada ahora? Al parecer, nada. Hubo silencio de muchos jugadores el lunes: algunos con cara triste, sin ganas de hablar a los medios de comunicación (Estrada, Bedoya con algún periodista y el mismo Quintabani) no estuvieron atentos a la prensa y prefirieron guardar silencio. No es para menos: se pierde el clásico, de visitante, y Millonarios nada que reacciona. Cada vez nos alejamos más de la posibilidad de entrar a los cuadrangulares semifinales.
Por otra parte, la Agru-Pasión celebró el Primer premio al Mejor Jugador del mes. Este reconocimiento, no sólo por sus goles sino por su calidad humaa, fue entregado a Carmelo Enrique Valencia. Esto fue hecho en votación de todos los Socios de la Barra. Le agradecemos por hacer presencia en la cena que se ofreció al noroccidente de la capital, junto con su familia y varios Socios de la misma; este premio se entregará cada mes y será una institución dentro de nuestra Barra Independiente.
El próximo domingo, a las 5:30 de la tarde, será contra el “blanco blanco” de la ciudad de Manizales en un duelo de necesitados. Como siempre, nosotros no fallamos. Esperamos que el equipo tampoco.
Desde la semana que se supo que Millonarios sería visitante en Medellín contra los verdes todo el mundo empezó a especular; y mucho más cuando los dos equipo más importantes de esta etapa contemporánea de nuestro fútbol están, todavía, coleros sin despegar.
Millonarios viajó con la ilusión de ganarle a un equipo que no tiene identidad, que carece de jerarquía hacia su público y que, aprovechando el apoyo de toda aquella ciudad, por fin pudo volver a jugar ante público. Los jugadores de Millonarios restaron importancia ante tal partido; tanto que los mismos ex verdes (el profesor Quintabani y Carmelo Valencia) no estuvieron concentrados en ellos sino en el presente del club embajador.
Entrando de lleno al primer tiempo, Millonarios supo controlar la pelota durante los primeros 35 minutos; abrió espacios, creó opciones de gol pero se equivocó al dejar al Tutunendo solo en la delantera millonaria y no aprovechó los espacios con Luis Tejada, quien convirtió dos goles en el partido de Copa Colombia contra La Equidad. El medio campo lució ordenado, sin afugias, sin desentonar. Jonathan Estrada estuvo mucho más claro durante estos minutos y eso permitió que el mismo estrellara un balón en el horizontal en remate desde fuera del área. La intención de Millonarios siempre fue atacar y nunca esperar al rival dentro de su campo; los delanteros presionaron bien, sin molestias. Aún así, eso no bastó y en los últimos diez minutos Millonarios empezó a ceder el balón y no se esperaba una reacción más que positiva de parte de ellos.
El segundo tiempo es para olvidar: no hubo claridad en la entrega de los balones, los centrales tuvieron momentos de desconcentración, Jonathan y el mismo Gerardo Bedoya se perdieron por pasajes largos de partido, sumado a los otros dos cambios. Sherman Cárdenas, juvenil de 19 años, debutó con el equipo profesional (ya lo había hecho en Copa Colombia con gol) y no fue el diez neto que Millonarios esperó para este tipo de clásico. Luego, en una decisión técnica increíble, el profesor Quintabani envió a la cancha a Milton Rodríguez, que sigue sumando minutos sin anotar y sin ser determinante en el equipo. En varios momentos, el verde paisa se adueñó del balón y mostró a José Cuadrado seguro e inspirado en la valla visitante; en un tiro de esquina, ellos aprovecharon la desconcentración en marcas personales y fue cuando el gol hizo presencia. Aparte de las fallas arbitrales que se presentaron durante todo el partido (el central no supo manejar el encuentro y mucho menos sus tarjetas amarillas o rojas), el claro penal cometido deja mucho que desear. No se pierde por el árbitro, aclaramos, pero la incidencia es notoria; el mismo Quintabani y Bedoya, al terminar el encuentro, decidieron reclamarle airadamente al juez, pero nunca hubo respuesta.
¿Qué se le puede decir a la hinchada ahora? Al parecer, nada. Hubo silencio de muchos jugadores el lunes: algunos con cara triste, sin ganas de hablar a los medios de comunicación (Estrada, Bedoya con algún periodista y el mismo Quintabani) no estuvieron atentos a la prensa y prefirieron guardar silencio. No es para menos: se pierde el clásico, de visitante, y Millonarios nada que reacciona. Cada vez nos alejamos más de la posibilidad de entrar a los cuadrangulares semifinales.
Por otra parte, la Agru-Pasión celebró el Primer premio al Mejor Jugador del mes. Este reconocimiento, no sólo por sus goles sino por su calidad humaa, fue entregado a Carmelo Enrique Valencia. Esto fue hecho en votación de todos los Socios de la Barra. Le agradecemos por hacer presencia en la cena que se ofreció al noroccidente de la capital, junto con su familia y varios Socios de la misma; este premio se entregará cada mes y será una institución dentro de nuestra Barra Independiente.
El próximo domingo, a las 5:30 de la tarde, será contra el “blanco blanco” de la ciudad de Manizales en un duelo de necesitados. Como siempre, nosotros no fallamos. Esperamos que el equipo tampoco.
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