El semestre se fue y quedan muchas cosas por dejar de analizar de cara a lo que está pasando dentro del equipo, en la directiva y por su plantilla de jugadores.
Creemos firmemente que el reemplazo de Oscar Quintabani por Luis Augusto García no es del amor de muchas personas: es uno de los blancos preferidos por los hinchas al empezar a putear cuando las cosas salen mal; es enemigo público número uno de muchas personas que tienen intereses serios (de dinero) con Millonarios; pero por otro lado, él cuenta con el aval de ser el último campeón con el azul, cosa que no es de poca monta.
El profesor-accionista-dirigente-ex director de menores es el que se ha encargado desde la Junta Directiva de los embajadores para dirigir al equipo que él no ayudó a construir ni a sacar 13 puntos en 15 partidos; el profesor García no es el que ha ayudado a que esta crisis se ahonde más desde lo deportivo, pero sí tiene elementos que son reprochables y que no tienen nuestra aceptación. Nosotros, la Agru-Pasión, somos asiduos visitantes tanto de los entrenamientos como de las concentraciones y esa fue una de las primeras determinaciones del señor García: un lugar de entrenamiento diferente al lote de Fontanar (La Finca, como cariñosamente le llamamos), donde sólo haya acceso para la prensa, jugadores y directivos; no se nos permite entrar a ver a los jugadores, saludarlos e interactuar con ellos. Se sobre entiende el hecho de que no quiere “vedettes ni modelos” pero al hincha lo último y lo poco que le queda es eso: verlos entrenar en un sitio que está dentro del corazón de cada hincha.
Ahora hay otras posturas que son incluyentes para analizar: como siempre, el periodismo (el que usted escucha hasta las dos de la tarde) se ha encargado de seguirle mintiendo a los hinchas con comentarios que rayan en lo absurdo. No ha acabado el torneo y ya le están montando la expectativa a todos diciéndonos, por medio de micrófonos y cámaras, que van a llegar “refuerzos” al club embajador; lo peor de esas informaciones es que son “indispensables” y se necesitan. Un defensa, un recuperador, un delantero. Preguntamos nosotros: ¿acaso no estaba el profesor García pensando en promover a los muchachitos de las inferiores para que empezáramos a exportar y mostrar jugadores? ¿Por qué en vez de estar trayendo jugadores “de cartel, de nivel” no juegan con lo que hay? ¿Acaso estos muchachos no son tan buenos, que van liderando en Copa Élite y fueron campeones de Primera C? Ese es uno de los problemas que tiene Millonarios: nos quieren vender humo, nos quieren empezar a trabajar la mente no solo en el próximo semestre, sino que ese mismo periodismo se encarga de demostrar que Millonarios, supuestamente, no aguanta procesos. ¿Por qué no dar cabida a un proceso serio que demuestre qué hay en la cantera embajadora? Muchas preguntas se hacen desde este supuesto.
Por otra parte, el profesor García empezó con su escoba a recoger los daños causados por el anterior entrenador; con esa misma escoba empezó a limpiar de las listas del Club a jugadores que rindieron y no rindieron. Pero sorprende que se haya metido con uno de los pocos (por no decir el único) que meten huevos y testosterona en una cancha de fútbol: ¿empezó hablando tan duro García que amenazó con sacar a Gerardo Bedoya? De él usted puede decir lo que quiera: que es sindicalista, que no le da entrevistas a cualquiera y hasta que le niega una foto al hincha. Pero preferimos mil veces que no otorgue un autógrafo sino que siga demostrando que es un jugador de temple, casta, esa tan perdida desde hace dos décadas.
Aún así, hasta que el profesor García empiece oficiando como técnico en una cancha de fútbol, hasta que ese momento no llegue, todo lo que él diga o haga será simple demagogia. A nosotros nadie, absolutamente nadie, nos vende humo. Podrá llegar muy serio, dando declaraciones a diestra y siniestra, pero lo único que lo podrá avalar y sostener son los resultados. Y el que se le pide no es poca cosa: ser campeón.
Empatamos con Medellín gracias a la habilidad, entre otros, de Edier Tello, hasta ahora desconocido por la mayoría de hinchas; perdimos con Pereira en Bogotá por una expulsión infantil de Tejada. ¿Qué queda? No hacer el oso ni con Equidad y mucho menos con el América y más siendo locales. Mucho cuidado con el descenso: parece que nadie le pone cuidado a eso, pero está empezando a acosar. Mucho cuidado con las palabras, profesor García: menos demagogia y más actos, es decir estrellas. Es que a usted y a cualquiera que dirija no se le puede pedir más. Y otra cosita: deje de hablar tanto de lo que le dio o no el rival de patio: ahora, y desde hace muchos años, usted está en Millonarios. Al menos débase a él.
Creemos firmemente que el reemplazo de Oscar Quintabani por Luis Augusto García no es del amor de muchas personas: es uno de los blancos preferidos por los hinchas al empezar a putear cuando las cosas salen mal; es enemigo público número uno de muchas personas que tienen intereses serios (de dinero) con Millonarios; pero por otro lado, él cuenta con el aval de ser el último campeón con el azul, cosa que no es de poca monta.
El profesor-accionista-dirigente-ex director de menores es el que se ha encargado desde la Junta Directiva de los embajadores para dirigir al equipo que él no ayudó a construir ni a sacar 13 puntos en 15 partidos; el profesor García no es el que ha ayudado a que esta crisis se ahonde más desde lo deportivo, pero sí tiene elementos que son reprochables y que no tienen nuestra aceptación. Nosotros, la Agru-Pasión, somos asiduos visitantes tanto de los entrenamientos como de las concentraciones y esa fue una de las primeras determinaciones del señor García: un lugar de entrenamiento diferente al lote de Fontanar (La Finca, como cariñosamente le llamamos), donde sólo haya acceso para la prensa, jugadores y directivos; no se nos permite entrar a ver a los jugadores, saludarlos e interactuar con ellos. Se sobre entiende el hecho de que no quiere “vedettes ni modelos” pero al hincha lo último y lo poco que le queda es eso: verlos entrenar en un sitio que está dentro del corazón de cada hincha.
Ahora hay otras posturas que son incluyentes para analizar: como siempre, el periodismo (el que usted escucha hasta las dos de la tarde) se ha encargado de seguirle mintiendo a los hinchas con comentarios que rayan en lo absurdo. No ha acabado el torneo y ya le están montando la expectativa a todos diciéndonos, por medio de micrófonos y cámaras, que van a llegar “refuerzos” al club embajador; lo peor de esas informaciones es que son “indispensables” y se necesitan. Un defensa, un recuperador, un delantero. Preguntamos nosotros: ¿acaso no estaba el profesor García pensando en promover a los muchachitos de las inferiores para que empezáramos a exportar y mostrar jugadores? ¿Por qué en vez de estar trayendo jugadores “de cartel, de nivel” no juegan con lo que hay? ¿Acaso estos muchachos no son tan buenos, que van liderando en Copa Élite y fueron campeones de Primera C? Ese es uno de los problemas que tiene Millonarios: nos quieren vender humo, nos quieren empezar a trabajar la mente no solo en el próximo semestre, sino que ese mismo periodismo se encarga de demostrar que Millonarios, supuestamente, no aguanta procesos. ¿Por qué no dar cabida a un proceso serio que demuestre qué hay en la cantera embajadora? Muchas preguntas se hacen desde este supuesto.
Por otra parte, el profesor García empezó con su escoba a recoger los daños causados por el anterior entrenador; con esa misma escoba empezó a limpiar de las listas del Club a jugadores que rindieron y no rindieron. Pero sorprende que se haya metido con uno de los pocos (por no decir el único) que meten huevos y testosterona en una cancha de fútbol: ¿empezó hablando tan duro García que amenazó con sacar a Gerardo Bedoya? De él usted puede decir lo que quiera: que es sindicalista, que no le da entrevistas a cualquiera y hasta que le niega una foto al hincha. Pero preferimos mil veces que no otorgue un autógrafo sino que siga demostrando que es un jugador de temple, casta, esa tan perdida desde hace dos décadas.
Aún así, hasta que el profesor García empiece oficiando como técnico en una cancha de fútbol, hasta que ese momento no llegue, todo lo que él diga o haga será simple demagogia. A nosotros nadie, absolutamente nadie, nos vende humo. Podrá llegar muy serio, dando declaraciones a diestra y siniestra, pero lo único que lo podrá avalar y sostener son los resultados. Y el que se le pide no es poca cosa: ser campeón.
Empatamos con Medellín gracias a la habilidad, entre otros, de Edier Tello, hasta ahora desconocido por la mayoría de hinchas; perdimos con Pereira en Bogotá por una expulsión infantil de Tejada. ¿Qué queda? No hacer el oso ni con Equidad y mucho menos con el América y más siendo locales. Mucho cuidado con el descenso: parece que nadie le pone cuidado a eso, pero está empezando a acosar. Mucho cuidado con las palabras, profesor García: menos demagogia y más actos, es decir estrellas. Es que a usted y a cualquiera que dirija no se le puede pedir más. Y otra cosita: deje de hablar tanto de lo que le dio o no el rival de patio: ahora, y desde hace muchos años, usted está en Millonarios. Al menos débase a él.
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