jueves, 25 de septiembre de 2008

¡EL CLÁSICO LO SIGUE GANANDO, POR AÑOS LUZ, LA HINCHADA MILLONARIA!

"Un lánguido empate a ceros en el terreno de juego, donde el azul mereció muchísimo más. En las tribunas, los Millonarios siguen mostrando por qué somos los más grandes"

¿Qué es peor: no ganar el clásico contra los verdes de Antioquia o seguir siendo la hinchada más amarga del país como lo son ellos?

Con este pensamiento iniciamos el recorrido y travesía para desmenuzar el clásico más importante del fútbol moderno en Colombia. Porque desde los años ochenta, cuando los dineros del narcotráfico permearon la pelota sagrada, mucho se valieron de dichos esfuerzos para ganar estrellas y títulos.

Iniciamos con un análisis de la hinchada millonaria: sin duda la mayor del país (¿alguna pregunta?), la que más aguante tiene y la que mejora, partido tras partido, los trapos, las banderas, los rollos y el humo. Más de cincuenta extintores, si contamos mal, fueron los encargados de recibir al más veces campeón de nuestro fútbol. Nos comportamos a la altura: siempre cantando, siempre alentando, siempre demostrando por qué somos los que llevamos más gente a la cancha sin necesidad del famoso “gancho” o “pague uno, entran dos”. Sin duda, los Comandos Azules y la gente de oriental se siguen luciendo en cada partido, en cada clásico. Se nota, de otra parte, el odio visceral que se le tiene a dicho equipo: insultos van, insultos vienen y así es normal un partido de alta peligrosidad y tensión: porque es el partido de la Capital contra la provincia El Club Deportivo Los Millonarios sigue demostrando por qué tiene la mejor hinchada del país.

Por otra parte, ojalá los jugadores, en el campo de juego, tuvieran la misma calificación. Se notó muchísimo la falta de un jugador por zona derecha, como Rafa Robayo, para fuera al ataque y sea más incisivo. Aún así, y con algo de nervios, la mayoría de jugadores tuvieron un gran rendimiento y no se puede escapar lo siguiente: el gran momento por el que atraviesa Mauricio Casierra, quien ha sido convocado para Selección Colombia; Iván Hurtado, el “capo” de la defensa, pasó a mitad de cancha con una gran valentía y mucho sacrificio; Miguel Rojas tuvo su mejor partido en Millonarios pero los centros que envió no fueron los más precisos; Gerardo Bedoya, a pesar de la expulsión (presionada por el “Aristi ese”) estuvo de buena forma física y mostró el gran liderazgo esperado en este tipo de partidos (lástima que tiró la cinta de Capitán, pero con esa expulsión cómo no…); el debutante Denilson tuvo varias muestras de calidad, pero el tiempo, y tal vez la altura, le jugaron una mala pasada: salió reemplazado por Ervin González, quien tuvo varias pelotas diagonales que no salieron de buena forma; Milton Rodríguez no hizo el gol (arrastra una sal de Selección…) pero tuvo un cabezazo atajado por Eduardo Blandón increíble; Jonathan Estrada tuvo un primer tiempo envidiable, pero al segundo se apagó y dejó dudas; José Mera respondió a su posición y puede seguir como central; Luis Tejada no tuvo una buena noche y estuvo chocado, como el partido pasado, con nuestro goleador.

Un partido aparte se jugó Quintabani: no sólo por jugar ante su antiguo equipo, sino que de una forma muy respetuosa (a pesar que vimos que sus reclamos eran bastante airados) le hizo saber a los jueces de línea (sobre todo el de oriental) que estaba equivocado y que le pesaba pitar un partido. Hablando de árbitros: ¿porqué Wilmer Roldán, árbitro paisa, fue designado para el clásico capitalino y precisamente, por errores arbitrales, Millonarios pierde, y luego sigue el partido con los verdes estos? ¿Será que como declaró el presidente del Club, Juan Carlos López, hay manos oscuras para que el glorioso azul no sea campeón después de muchos años?

Mucha suspicacia para este partido, antes y después del él. Lo importante es que no se perdió ante ellos en el papel, pero este partido era el de ganar. Y no sólo porque era un regalo para la hinchada (señores verdes: no es el partido del año, como para ustedes), sino porque debemos salir de un bache futbolístico que en los resultados demuestra que contra equipos importantes no se ha ganado (de nueve puntos, sólo se rescató uno de local y dos perdidos) y a la hinchada eso preocupa. Aún así, Millonarios no juega mal, pero hace falta “el centavo para el peso”. El próximo partido, contra el América de Cali de visitante el Domingo próximo a las 5:30 por televisión cerrada, será el último examen de los clásicos. Un partido que se debe ganar porque ahora, en este momento, los puntos comienzan a escasear y es necesario tener la tranquilidad necesaria para estar dentro de los “Ocho de Colombia” a fin de año. No estarán ni Bedoya (por la expulsión completamente censurada desde este escrito), ni Robayo (dos fechas de suspensión…¿se justifica o tiene asidero?): ¿quiénes nos quedan? Tremendo rompecabezas para el profesor Quintabani.

Para reflexionar: a los jugadores escarlatas les adeudan varias quincenas, y hasta se les “pararon” en la raya a sus respectivos directivos por el dinero en cuestión, pero aún así han tenido resultados positivos y están, exactamente, a una victoria nuestra (tres puntos). A los jugadores de Millonarios se les paga cumplidamente, más allá de lo que cobren. Preguntamos: ¿será necesario jugar con hambre (física para que se despierte la moral) para demostrar resultados ante los directivos y su hinchada, que aguanta sequías de títulos? Valiosa cuestión…

¡A ganar ante los rojos de Cali!

¡Millonarios: sigues demostrando que tienes la mejor hinchada del país, la que más canta, la que más alienta, la de más trapos, la de más aguante!

¡Somos más, somos capitalinos, somos azules!

lunes, 22 de septiembre de 2008

LAMENTABLE DERROTA...

"Por una jugada fortuita de Óscar Córdoba, se pierde por la mínima diferencia ante un rival que no mostró mucho. Ahora, pensando en el clásico del miércoles".
En el clásico capitalino número 252 queda la tristeza y el sabor amargo de la derrota; una derrota que fue de último minuto, donde los dos equipos se acordaron de jugar en los últimos diez minutos y donde el nuevo balón fue el protagonista indiscutible. Unos, hasta del equipo contrario, dicen que el portero Córdoba no tiene la culpa porque dicho implemento es muy complicado y le pica antes que él lo intente atrapar. Otros que simplemente, y pensando como hinchas, afirman que el clásico fue de él, Córdoba.

Intentando analizar el clásico fue como muchos otros: complicado, trabado, con intenciones de lado y lado, donde sólo uno puede festejar. Y es que no era para menos: este partido, que es un torneo aparte, debía tener un ganador y, desafortunadamente, fue el contrario. Todo el partido fue intenso así otros lo califiquen como regular: porque los clásicos son de “huevos”, de testosterona, de hinchada, de camiseta. La expulsión de Robayo fue más perjudicial que la del contrario: se desordenó el medio campo, no encontramos la pelota por pasajes del partido, no fuimos contundentes. Javier Araújo estaba en otro planeta diferente al campo de juego; Estrada tuvo argumentos pero no los suficientes; el contrario supo sacar del mapa al goleador Rodriguez, eliminar las intenciones de los dos “creadores” del conjunto albiazul. En los partidos que se han jugado como clásicos (Junior en Barranquilla y cardenales en Bogotá) no hemos ganado un solo punto. No hay que hablar de crisis, pero preocupa que un equipo que demuestra jerarquía no logre rescatar, al menos, un punto como visitante.

Dentro de todo lo que compuso el partido, definitivamente sigue ganando la hinchada. Se hizo presente durante todo el encuentro: los cantos, las banderas, los rollos, toda la fiesta fue azul. Pero como es sabido, la hinchada contraria fue protagonista: desafortunadamente los contrarios aprovecharon su minoría (el estadio fue en un 70% azul) para hacerse sentir de la peor manera. De acuerdo a las informaciones extra oficiales aproximadamente 1.000 sillas fueron removidas sin justa causa de la tribuna sur del Campín. Acto vandálico o argumentación sobre los hechos sucedidos (primero las declaraciones y levantamiento de la sanción hacia los Comandos Azules por parte del burgomaestre de la Capital, y luego la muerte de otro hincha capitalino) para demostrar que nuestro fútbol está repleto, desde cualquier punto de vista y camiseta, de hampones, de delincuentes con casaca de cualquier color. ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar que cualquier persona, vestido de hincha, pueda destrozar el bien público, y más cuando debe ser una fiesta en paz? ¿Cuándo vamos a entender que los clásicos y cualquier partido debe ser un motivo más de pasión y alegría en paz? Criticamos cualquier acto de violencia y más cuando se aprovecha que uno es local y le toca pagar, al Club, por los daños causados.

La próxima cita será contra los verdes de la montaña en la Capital, miércoles desde las 8 de la noche en el Nemesio: un partido de alto riesgo, desafortunadamente, por las hinchadas. Porque en el terreno de juego los que se matan son otros. Esperemos que, también, se adopte la medida impuesta con los visitantes para la boletería. Un buen control y se tiene presente que los locales somos nosotros: jamás ellos lo serán.

¡Con alegría, pasión y en paz, vamos a la cancha a ver al más grande!
¡Vamos, con toda, a alentar al más veces campeón!
¡Somos más, somos azules, somos capitalinos!

jueves, 18 de septiembre de 2008

CAÍMOS, PERO LA ILUSIÓN SIGUE INTACTA

“En un partido donde Millonarios mereció mucho más, se perdió en la ciudad de Barranquilla. Igual, la mente y el corazón están puestos en el próximo sábado a las 6:20 de la noche capitalina”.
No sabemos qué es más importante en este comentario acerca del partido contra el Junior: si reconocer que hace tiempo no ganamos en el Metropolitano, o que Millonarios, por pasajes, fue superior al Junior. Más allá que el cuadro de “curramba” sea segundo del torneo y que juegue mal, no lució como un equipo para estar en esa posición. No estamos para hacer un análisis del local (en este caso los “tiburones”) sino para entender por qué Millonarios no ganó. Y la respuesta vaya que no es sencilla: primero, Jimmy Asprilla tuvo un partido que no se puede calificar puesto que salió lesionado; la creación con Estrada y Ervin estuvo menos sólida que con Araújo, quien tuvo intención de llegar al arco contrario. Milton arrastra un cansancio, producto de su nueva incursión con la Selección de Mayores (donde fue usado por Pinto y a quien le dio instrucciones aún cuando se perdía por más de tres goles: ridículo) y Tejada todavía no ha tenido su reconciliación con el gol. Después de la salida de Asprilla, quien sustituyó a Rojas por acumulación de tarjetas, el profesor Quintabani, con una “cancha” impresionante mandó a Rafael Robayo a la zona de lateral derecho; entra luego Andrés Pérez y Javier Araújo, que dieron más personalidad al medio campo.

Opciones hubo y aún así no se concretaron. ¿Es malo perder de visitante, y de manera injusta? No nos parece: Millonarios, reconocido por el propio técnico local, es un equipo que seguramente estará en las finales y la cosa ahí es a otro precio; Millonarios tiene la solidez necesaria para entender que la regularidad está marcada por los puntos. Aún cuando hemos perdido tres partidos somos un equipo de campaña regular, y entiéndase esto así: no nos gusta perder y siempre se va por la victoria así ella traiga la derrota consigo; no es un pecado perder cuando se juega bien, y menos con jerarquía y orden táctico demostrado el pasado sábado. Millonarios está tranquilo porque de los doce puntos que tenemos en los partidos clásicos, sólo se han perdido tres. Vamos en la cuarta posición del torneo local y el balance es más que positivo.

Ahora viene un clásico con tintes especiales: un clásico capitalino que promete mucho en el papel. Este partido demostrará realmente de qué está hecho este Millonarios 2008. Tiene el glorioso azul, el papá del rojo, la primera opción de ganar este partido.

El clásico capitalino pinta de azul… “azul… pintado de azul!!!”
Sábado, 6:20 pm, con transmisión por televisión abierta. No hay excusa para no ir, y si no puede, al menos para verlo al compás de unas buenas cervezas.

lunes, 1 de septiembre de 2008

SIGUE GANANDO MILLONARIOS: UN SOLO PUNTO DETRÁS DEL LÍDER

“Una victoria de principio a fin. Millonarios, con tres goles de sus referentes, sigue sumando de tres e ilusiona a su numerosa hinchada. Ahora, con receso de quince días, que Milton y Luis Tejada se conozcan mucho más”.
Una tranquilidad como hace rato no se veía embargó el coloso de la 53 en el partido que Millonarios disputó con el Cúcuta Deportivo por la séptima fecha del torneo local. Después que esto haya sido escrito, usted habrá leído todo lo que los periodistas locales han comentado acerca del partido: que hay técnico para orientar para los último 45 minutos, que Rojas está flojo pero tiene la confianza del profesor Quintabani, que Óscar Córdoba fue tanto aplaudido como abucheado por la tribuna, que los Comandos Azules “destrozaron” la tribuna norte y que el Club tiene que pagar por eso…

En fin. Lo cierto del partido es que Millonarios merece más elogios que “agrandadas” de parte de todos. Porque así como ahora lo alaban, más adelante lo pueden acabar; menos mal que no ha salido un periodista a hacer símiles para este Millos renovado, que no se despeluca ni buscando goles, ni en defensa, ni en ataque, ni en medio campo. Este Millonarios, modelo Óscar Héctor Quintabani, tiene más virtudes que defectos: todas las líneas son seguras, los jugadores figura lo son y los que no llegaron con ese rótulo (caso Milton Rodríguez, goleador del torneo local) ahora se hacen romper para la institución que los acogió con ganas y esperanza. Es un Millonarios que promete y cumple, que en cualquier caso, y en cualquier equipo, tiene condiciones y defectos como otro; Millos no es intocable, sufre con los balones aéreos y con las pelotas cruzadas y, por lo menos en este partido, mantuvo su arco en cero con un portero de inmejorables condiciones otorgadas por los años y la experiencia. Un Millos que mantiene la base, de atrás hacia delante, con cambios sustanciales en todas sus líneas.

Un Millonarios que está comprometido con su hinchada, con su responsabilidad con la historia y que quiere ganar títulos. Tres goles inmejorables: Gerardo Bedoya, quien es especialista desde esa distancia, apuntó el primero en MENOS DE DIEZ MINUTOS DE TRANSCURRIDO EL JUEGO y eso dice mucho de todo lo escrito arriba; luego Milton, el infaltable, el que nos tiene acostumbrado al gol (con una estadística esperanzadora: un gol cada 70 minutos, según datos de Fabio León Naranjo) de tiro penal por una mano clarísima de Pepe Portocarrero. Y por último, no menos importante: Rafael “El Capo” Robayo. Este jugador fue la columna vertebral del medio campo: de ida y vuelta, corriendo todos los balones, jugando al ataque y juntándose con Jonathan Estrada y Ervin González.

Todos estuvieron bien y los errores, que sí existieron y nadie va a negar, no se notaron tanto. Dos incursiones que casi le cuesta a Millonarios el empate serían el único lunar de un equipo que se relajó en todas sus líneas ante un peligroso rival que, de no ser por la defensa y el portero azul, seguramente se hubiera llevado un inmerecido empate. No hay que relajarse, pero estos quince días de descanso (trabajo en realidad, pero sin competencia profesional) serán de amalgama de dos jugadores que van a seguir dando de qué hablar: Milton y Luis Tejada, una dupla que jugó clásicos vallunos, en equipos distintos, pero que hoy tienen la posibilidad de entenderse por mucho tiempo. Ahora somos segundos y vamos a Barranquilla, la tierra del tiburón, para enfrentarlo en su casa. Un partido que promete alegrías y muy buen juego de parte de ambas escuadras. Esperamos que sea un partido para el azul.

Millos ilusiona, pero falta mucho, MUCHÍSIMO camino por recorrer.
Por otra parte, la Agru-Pasión Gallina le desea muchos éxitos a la Selección Colombia de Fútbol en sus dos partidos por la eliminatoria para Sudáfrica 2010 y lamenta la “rosca” a la cual se está acostumbrando todo el país. ¿Es que acaso Milton Rodríguez y Jonathan Estrada no son dignos de ponerse la camiseta de la Selección, cuando juegan bien, son líderes y uno de los dos es goleador del torneo local? Una verdadera pena cuando hay buenos jugadores, pero porque son de Millonarios no se toman en cuenta y lo más lamentable es que se tiene que esperar ver cómo evolucionan dos jugadores lesionados para llamarlos, cuando es algo que se han ganado por derecho propio, por sus logros y cuando se necesita gol en el combinado nacional. Una pena…


“Somos más, somos azules, somos capitalinos”.