martes, 25 de agosto de 2009

SUMAR A MEDIAS

El lánguido empate presenciado el sábado pasado en la ciudad de Manizales ha sido, sin duda alguna, el peor partido que Millonarios ha disputado bajo la conducción de Luis Augusto García. Han sido tres empates de forma consecutiva (contando el partido de Copa Postobón contra el rojo de Bogotá) y a pesar que el azul ha jugado bien y tiene destellos de orden colectivo, no sólo le hizo falta el gol sino que, sin aprovechar el hombre de más por 50 minutos, no tuvo una sola llegada concreta al arco contrario en el Palogrande.

Millonarios salió deslucido, cansado, sin ganas de jugar y no aprovechó que el rival, a quien se le había ganado el año pasado, estaba relajado por pasajes. No quiso amedrentar al rival con tres número 10 como Ciciliano, Vásquez y Araújo; con la inclusión de Elkin Blanco por Gerardo Bedoya, quien se recupera de una cirugía correctiva en una de sus rodillas, se ganó en velocidad en el medio campo, pero la misma torpeza del volante permitió que nos quedáramos con 10 hombres dentro del campo con una expulsión innecesaria. Además de eso, el rival blanco atacó por los costados haciendo demasiado daño y de las tres oportunidades claras que tuvo el local ninguna se concretó por fortuna. Siendo consecuentes, pensamos que Millonarios pudo con ese hombre de más tratar de buscar el resultado por la vía de la creación o jugada individual, pero ninguno de los tres volantes de armado tuvo la suficiente convicción para llegar al arco contrario; jugadas aisladas de León Darío Muñoz, quien ingresó en la parte complementaria sumado a Sherman Cárdenas, que solo fueron escaramuzas. Luego, Ciciliano, el que maneja los tiempos del azul, vio la segunda amarilla y se fue a las duchas luego de un partido para el olvido ante su ex equipo. En ese momento, el local puso tres delanteros más un volante por izquierda que bastante daño le hizo al azul; Oscar Córdoba, quien cada día ataja de mejor manera, fue el artífice para que no nos convirtieran gol.

Nos fuimos de Manizales aburridos, algo desilusionados, pero con un punto en el bolsilo y eso, al menos, suma para la tabla general; no nos encontramos tan lejos de los líderes pero el gol, el aliciente para ganar partidos, desgraciadamente nos sigue jugando malas pasadas y todavía no llega. Ahora vienen dos escollos importantes: el Atlético Bucaramanga por Copa Postobón en partido de ida el miércoles y con el Deportivo Pasto en condición de local el próximo sábado después de las 8:00 p.m. Si Millonarios no gana el partido del sábado, será muy difícil recuperar los puntos perdidos, pues estamos al filo de la navaja con un rendimiento del 50%, que no es malo, pero si se sigue en dicho ritmo no alcanzaremos a estar en los cuadrangulares semifinales.

Nuestro deber es alentar y lo hicimos en Manizales viajando desde la Capital; la condición de las camisetas es algo que se debe estudiar más a fondo puesto que hubo personas que respetan la norma y otras no. Se pudieron entrar algunos trapos, pequeños en dimensión, pero que igual son “alusivos” a Millonarios y supuestamente eso está prohibido. No se acaba el fútbol por llevar o no una camiseta o trapo, pero sí cuando la reglamentación no se cumple a cabalidad.

Alentado siempre a Millonarios, como se debe; haciendo el aguante para el miércoles en Bucaramanga y el sábado en el Nemesio.

martes, 18 de agosto de 2009

UN CLÁSICO... EMPATE

Ante más de 38.000 asistentes al Nemesio Camacho, y con poca representación de la hinchada visitante, Millonarios empató una vez más con el rival más enconado que tiene el equipo capitalino. Opciones de parte y parte, donde se mostró calidad técnica, donde una vez mas fuimos superiores al equipo verde.

Los hinchas que acompañaron a Millonarios el sábado anterior mostraron, y seguirán demostrando, que son los más fieles del país; que la grandeza no se improvisa y que en cuanto a fiesta somos los que mandamos la parada en cuanto a organización y logística para este tipo de eventos. Todos colaboraron con los rollos, con extintores, trapos y demás; así, el Campín se vistió de gala para todos los albiazules que llegaron en masa y desde tempranas horas a copar las tribunas. Debemos decir también que la logística del Club Deportivo Los Millonarios no estuvo a la altura del encuentro: hubo muchas trabas de algunas personas que manejan radios, se creen “los dueños del estadio” y no colaboraron como es debido con el caso, por ejemplo, de los extintores.

En el plano deportivo cabe resaltar que Millonarios tienes chispazos: arranca bien los primeros diez minutos y luego, por arte de magia, se descuaderna, pierde el estilo y le permite al visitante, cualquiera, que pueda manejar el balón. Uno de los artífices de este marcador y de la ventaja del verde de Medellín fue un jugador que se sale del conducto regular: Giovanni Moreno, con un soberbio remate, colgó a Oscar Córdoba para darle la ventaja en el primer tiempo; luego de este, y del dominio del visitante, el equipo verde se replegó, manejó los tiempo con su arquero (que mereció una amarilla al menos por pérdida deliberada de tiempo) y los jugadores de ellos empezaron a tirarse al piso para seguir quemando tiempo. Así se acabó el primer tiempo: entre tristeza y desazón por un gol que fue de otro mundo.

Al inicio del segundo tiempo, se vio que el visitante se quedaba sin su jugador más importante y de ese mismo repliegue por no tener el control del balón, Millonarios de la mano de Omar Vásquez y Ricardo Ciciliano, quien tuvo dos remates exigentes en la primera parte, tomó conciencia que este partido no se podía perder. Así como el visitante tenía el balón, a su vez lo perdía; en una falta que sale desde el costado derecho, llega la paridad para el millonario: León Darío Muñoz, quien ingresaba apenas hace cinco minutos, patea el balón al piso y baña al arquero. La alegría fue inmensa para el empate: obviamente todo el mundo lo celebró con el amigo del lado y se le cantó al visitante. Pero aún así, terminado el encuentro, no dejó de ser un clásico empate. Así Millonarios haya propuesto durante 50 minutos, el segundo gol nunca llegó por más que se insistió y así todo el mundo se retiró del estadio con caras largas por no ganar el partido más esperado del año y más en condición de local.

Millonarios juega bien, tiene dos baluartes jóvenes (Vásquez y Franco, quienes estuvieron inmensos) con mezcla de veteranos importantes. Falta algo: goles. Esos goles que se desperdician por falta de definición o por simple azar son los que no deben faltar en un partido de semejante talla y esperamos dejar de sufrir por esa ausencia tan importante. El próximo escollo será en Manizales ante el Once Caldas: de visitante tenemos buena calificación, pero falta ganar de local. Un clásico… empate.

martes, 11 de agosto de 2009

GANANDO EN CÚCUTA... A GANAR EN BOGOTÁ!!!

Ganar en el estadio General Santander desde el año 1.991, así el rival estuviese en la segunda división por más de 11 años, fue motivo de alegría y júbilo por la buena presentación del equipo embajador. Millonarios, contra todos los pronósticos y contra el clima de la tarde de la ciudad cucuteña, supo aprovechar la ventaja que le dio un equipo local bien parado en todas sus líneas y que, desde el primer minuto, salió a buscar ante su gente la victoria.

Los primeros veinte minutos no fueron tan desastrosos como se quiere interpretar desde otros puntos de vista: los jugadores entendieron que era un partido de esperar, donde Oscar Córdoba empezó a emular sus mejores momentos en otras partes del mundo. Poco a poco, el juvenil Pedro Franco, con menos de 20 años, empezó a tener el dominio de la zaga albiazul y se fue ganando con el correr de los minutos la responsabilidad de defender los embates contrarios. En estos minutos, Millonarios esperó, fue inteligente y al ver que el 4-2-3-1 no le funcionaba, Luis Augusto García optó por el 4-4-1-1 y así fue imparable. Casi al acabarse la primera parte, Ricardo Ciciliano obtiene un balón por pérdida del rival, empieza la carrera y luego de tanto esperar con el mismo, le da el pase a Carmelo Valencia para que defina a un costado del portero motilón. Se ha reconciliado con el gol y era uno de los defectos que tenía el Millonario del “Chiqui”: no tener anotación de sus delanteros.

Millonarios, en los últimos cinco minutos de la parte inicial y durante otro tanto del segundo, siguió resistiendo embates y dolores de cabeza en la mitad del campo, donde Robayo y Bedoya fueron determinantes para que dichas opciones no se concretaran de parte de los dirigidos por el profesor Pinto, otrora técnico del Embajador. Así, con el pasar del tiempo, seguimos viendo por la televisión que Millonarios no carecía de orden y tampoco ideas, pero sí de definición. Se debe apuntar que por parte del cuadro local hubo una expulsión clarísima y que el árbitro también se comió otra contra Omar Vazquez en un soberbio y desmedido codazo. Así como intentaba el motilón, Millonarios no se quedó atrás y nunca se escondió. Por eso ganó el partido: porque nunca especuló, siempre fue al frente, ganó y es justo merecedor de los tres puntos que nos ubican a uno del segundo y a cinco del líder.

El partido que viene no es de poca monta: es el clásico del país, el clásico de la hinchada, el del morbo, el de la especulación, el que calientan los mismos jugadores, el partido del año. Será contra el verde de Medellín el sábado a las 6:00 de la tarde en el Nemesio Camacho; será un partido donde va a jugar la hinchada, la que alienta, la que odia, la que quiere ganar por orgullo, por motivación. Es el partido aparte, el partido que todo hincha quiere ganar como sea, con o sin polémica. Esperamos que la medida del no uso de las camisetas por parte del visitante sea revocada puesto que es más fácil ubicarlos en una tribuna y saber dónde están, que tener a uno o dos delincuentes al lado, sin camiseta y que puedan producir un desmán sin control. Aún así, con o sin medida, el hincha millonario, el promedio, irá al partido porque es con ellos; nosotros vamos porque siempre alentamos y este partido, como sea, hay que ganarlo.

sábado, 8 de agosto de 2009

"... EL GUAJIRO SE LA PUSO / Y LA HIZO RESPETAR..."

Ya que las despedidas y los retornos están de moda en el futbol colombiano, el Club Deportivo Los Millonarios no podía pasar de agache y le rindió un merecido homenaje al segundo goleador histórico del club Embajador: Arnoldo “El Guajiro” Iguaran.

La tarde de viernes, con sol y lluvia incluida, fue el mejor marco para acompañar a una de las leyendas vivientes de nuestro pasado glorioso: ese pasado donde Millonarios se consagro campeón en el año 1987 y 1988. Muchos jóvenes, dentro de los cuales nos incluimos, no tuvimos la oportunidad de verlos disputar un partido oficial pero si los cantos no demostraron el cariño de la gente tal vez nada lo podría hacer. Las tribunas populares mostraron banderas espectaculares con leyendas tales como “Nunca los olvidaremos”, “Gracias Campeones” o “Eterno Numero 15”, que, sencillamente, son pequeñas para la magnitud del evento.

Lo único por decir es que, más tarde que temprano, Arnoldo recibió de parte de sus amigos y compañeros de cancha un sincero homenaje, merecido después de tantas alegrías para la camiseta que mas quiere.

Arnoldo: las palabras sobran y se quedaran cortas para tu grandeza; gracias por tu tesón, empeño y corazón para la camiseta millonaria. “La camiseta de Millos / con huevos se ha de llevar / el Guajiro se la puso / y la hizo respetar”.

Gracias, Guajiro.

miércoles, 5 de agosto de 2009

EN TABLAS CON EL LÍDER (ACABANDO CON EL FOLCLORE DEL FÚTBOL)

Millonarios solamente pudo empatar con el líder del torneo, en condición de local, y la hinchada empezó a estallar de forma masiva. Ya no bastó con jugar bien, tener opciones desde los 50 segundos de juego: ahora la responsabilidad se debe asumir desde el hecho de no hacer goles y que esa misma hinchada que ha apoyado empiece a desesperarse.

Como los últimos 4 partidos, Millonarios ha sido un equipo que propone, que tiene el dominio del balón por pasajes importantes, que le falta la capacidad de definición y que en palabras de Luis Augusto García “ya llegarán los goles”. Pero como nosotros no damos espera y queremos que Millonarios llegue al menos a los Ocho de Colombia, la mayoría empieza a insultar contra el técnico, los jugadores y los directivos. Si el Chiqui tiene un acierto importante es la confianza otorgada a los juveniles, la posible tabla de salvación económica y futbolística a largo plaza; fruto de esa confianza, de jugar con lo que tenemos en Inferiores, Omar Vázquez anotó la paridad del encuentro ya cuando todos estábamos desesperados (eso sí: transcurrieron más de 60 minutos de juego para inflar la red contraria). Es el premio del esfuerzo de un “chiquilín” querido por la hinchada y que dará de qué hablar en los próximos años. Ahora la mente está dispuesta en tres partidos: con Academia en Compensar el miércoles en la noche, con el Cúcuta de visitante (se debe ganar el partido para cuadrar, en algo, caja) y el super clásico del fútbol colombiano dentro de dos semanas con el verde de Medellín.

Como barra organizada no podemos pasar de agache las últimas medidas impuestas por la División Mayor del Fútbol colombiano, en cabeza del señor Ramón Jesurún. Hay un dicho que reza que “la ignorancia es atrevida” y ellos no son ajenos a su desconocimiento del fútbol; tratando de emular a los pares argentinos, respaldados por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en cabeza del zar Grondona, se ha dispuesto el no acompañamiento de hinchada visitante para todos los partidos que se disfruten en el territorio colombiano debido, según ellos, a los acontecimientos del fin de semana pasado en Armenia por parte de un sector de la hinchad verde. El asunto es que no se podrán portar banderas o elementos alusivos al equipo visitante, camisetas y demás elementos que sean representativos de los clubes. Más allá de la contrariedad de la medida, los pares argentinos lo han hecho al contrario: no se puede permitir el ingreso de hinchada visitante en las categorías de ascenso del torneo de dicho país (Nacional B y Metropolitana B) y los clubes de Primera División solo podrán acompañar en un número no superior a 2.000 personas (entre plateas y populares). La medida se aplicó al contrario en Colombia: lo hicieron para la Copa Mustang y no para la Primera B. Ahora: la Policía Nacional, quien resultó agredida en el Centenario no prestará más acompañamiento a las Barras y se les ha prohibido su desplazamiento; si quieren emular al modelo argentino, ¿por qué no se dan menos cantidad de entradas al visitante, aprendiendo que toda la hinchada, por una ley que todavía no está reglamentada, debe carnetizarse? No hay la visión para este tipo de argumentos en Colombia, desgraciadamente. Preguntamos: ¿qué pasará para los clásicos de la misma ciudad: se prohibirá el ingreso, no se podrá portar una camiseta ese mismo día o qué situación será la que prime en dicho caso? Las medidas se estudian, es cierto, pero no se tiene en cuenta al real implicado en el fútbol, en su folclore: al hincha.

Esa es nuestra triste y desgastante realidad.