lunes, 10 de marzo de 2008

EL QUE NO LAS HACE…

“En un partido emotivo y con variantes por los dos equipos, el Millonario resignó una oportunidad más de acercarse al lote de los punteros. No se pudo ganar, pero tendremos revancha”.

Durante los 89 de los 90 minutos que duró el partido en el General Santander, Millonarios fue mucho más que el Cúcuta Deportivo; pero como reza el adagio popular: el que no las hace, las ve hacer. Un Millonarios que salió a buscar permanente e insistentemente desde el primer minuto la victoria, como si estuviese jugando de local, que Millos siempre tuvo la iniciativa, supo controlar un partido donde el local no sólo no tuvo ganas sino que no tuvo con qué hacerle daño a la defensa azzurra.

En un cobro de pelota detenida, Jonathan Estrada engaña a la defensa de la frontera y tira un centro por el piso para que Ricardo Ciciliano empalme con pierna derecha y decrete el 0-1 parcial. Durante todo el primer tiempo Millonarios fue amo y señor del partido, hasta que llega la lesión del portero Eduardo Blandón; el técnico Mario Vanemerak deja que el guardameta siga dentro del terreno de juego a pesar que el cuerpo médico lo revisó y no se inmutó de la gravedad no tanto de la lesión, sino de dejar en el campo de juego a una persona que ya no está al ciento por ciento de su capacidad deportiva. Así, nace por zona derecha del Cúcuta una falta que, al parecer, no comprometía nada. Lin Carlos Henry toma el balón y cobra: el portero lesionado nada puede hacer para detener la pelota y sentencia el 1-1 parcial.

En el segundo tiempo, las cosas no cambiaron mucho: el Millonario tuvo cuatro opciones de gol claras que no fueron definidas por sus jugadores (entre ellas dos increíbles del argentino Carreño de cabeza, y de Martín García que se lo perdió solo frente al portero). Millonarios tuvo la casta para defender un marcador que se sabía que no podría quedar así luego de la expulsión del delantero Diego Cabrera por falta (¿o puñetazo?) contra la humanidad del defensa Andrés Mosquera. Al ver que el local se quedaba con diez, el mismo fue hacia arriba e intentó por todos los medios hacerse a la victoria. En esos momentos, donde el Millonario era superior en número de hombres, el azul se resignó a no sólo NO tener la pelota, sino que cuando la podía agarrar, los cambios de frente y las pelotas aéreas nunca fueron la solución y así terminaba el balón en poder del rival.

Así, en el minuto final sin contar la adición, Eudalio Arriaga va por zona central y baña al portero suplente Andrés Acosta en una jugada de carácter y tesón, digna de un goleador. A todas estas: el portero se equivocó en dos claras (tiro de esquina y pelota a tierra en saque de meta) y no entendemos la razón por la que José Cuadrado, con MUCHA más experiencia que este niño, no está convocado. El 2-1 fue más que una victoria para los motilones: fue un bálsamo para su propio técnico y jugadores, que viajaron ese mismo día para jugar Copa Libertadores.

¿Qué le pasó a Millos? ¿Será que los cambios no fueron acertados (sin dejar de recordar que uno, el de Blandón, fue por lesión)? ¿Será que Mario vio el partido de forma equivocada cuando se jugaba contra 10? ¿Por qué hoy, después de ganar de forma contundente en el partido contra Quindío, hacemos las mismas preguntas de siempre? ¿Por qué? Si: Millonarios fue superior en TODOS LOS ASPECTOS, pero la explicación podría ser esta: EL QUE NO LAS HACE, LAS VE HACER. Y esta vez a nosotros nos tocó: porque el fútbol no sólo es de méritos: lo es cuando se acompañan de resultados.

Millonarios – Junior: próximo domingo, 3:30 de la tarde, sin transmisión de televisión. Así que todos a ir a la cancha.

Cordialmente,

AGRU-PASIÓN GALLINA BOGOTÁ

1 comentario:

Unknown dijo...

My president..., buena entrada..., seguiremos alentando a nuestro equipo. Nos vemos el sabado para tomarnos unos drinks acompañando a nuestro compañero en su nueva etapa y el domingo en la cancha.

Saludos azules....