domingo, 30 de marzo de 2008

SE JUGÓ COMO LO QUE SOMOS: ¡GRANDES!

"El Millo tuvo una excelente presentación en la capital paisa. Con gol de Carreño, se demostró que la superioridad no se improvisa. Lastimosamente empataron, pero no nos doblegamos ante ellos".

Desde Medellín, Colombia.

El Club Deportivo Los Millonarios disputó su partido en la ciudad de Medellín como un verdadero grande: toda la iniciativa del partido se generó gracias a los desbordes de Estrada, Ciciliano y Cochas; la seguridad en defensa no se hizo esperar y gracias al buen trabajo de sus dos centrales, Asprilla y Cortés, tuvimos la misma solidez mostrada a lo largo del primer semestre. Después de no contar con Bedoya, Mosquera y su técnico Mario Vanemerak por suspensión debido a los incidentes del clásico capitalino pasado, alineaciones obligatorias tuvo que implementar el Millonario: el ingreso de Asprilla, el trabajo en media cancha de Pérez y la nueva aparición de Oscar Vanemerak en la delantera, acompañando a Carreño.

El partido tuvo altas y bajas de parte y parte: un Millonarios ofensivo, pero sin orden y poco contundente ante el arco rival; y los verdes antioqueños que tuvieron tres opciones claras en todo el partido, que gracias a José Cuadrado, figura de la cancha, no se supieron completar. Fue cerrado, trabado, con varias tarjetas amarillas, algunas injustas, pero que no incidieron en el resultado del partido. El ingreso de Estrada por Vanemerak Jr., fue la cuota de alegría para un Millonarios que no depende de él, pero que sí lo necesita. Gracias a una incursión el área verde, Estrada levanta el balón frente al portero local y así Carreño marca el único tanto embajador.

El 1-1 fue demasiado injusto para las aspiraciones azules: se hizo mucho más durante todo el
encuentro, fuimos superiores después del minuto 20 del primer tiempo y por el resto del partido, el “ballet azul” se hizo presente en el Atanasio delante de una multitud verdolaga que se tomaba la cara y decía que “no era posible que les dieran otro baile, similar al de Copa Suramericana”. Se tuvo la tranquilidad suficiente para encarar un clásico, pero por descuidos de balones en mitad de cancha es que Camilo Zúñiga nos hace el empate en los minutos de adición. Repetimos que fue completamente injusto el marcador, pero los hinchas del azul nos fuimos con la tranquilidad de saber que siempre seremos superiores a ellos.

Rescatamos la incitación a la violencia que hizo Roberto Carlos Cortés al iniciar y finalizar el encuentro: la tribuna sur empieza a cantar contra él y responde con los brazos abiertos, con gestos en los que dice “canten más fuerte y duro que no les escucho”, y cuando se retira al camerino la toma contra la tribuna de occidental haciendo gestos obscenos con sus manos. Reprocho, a título personal, la violencia en la tribuna de preferencia, donde estuve sentado todo el partido, de varias personas que vinieron desde Bogotá, que tenían una bandera de “Azul Profundo”: se tiraron entre azules y verdes botellas, monedas, cigarrillos encendidos, etcétera. Pregunto: si esa es la tribuna de preferencia, ¿qué hubiese sido de nosotros si entramos a oriental? Eso daña el fútbol, el espectáculo, y lo importante del mismo es que sea en paz.

Ahora el partido clave es con América de Cali el 2 de abril, miércoles: de los doce puntos disputados, sólo hemos logrado cinco. Si hacemos tres más nos podemos mantener con aspiraciones para entrar en los cuadrangulares finales.

¡Gracias Millos: jugaste como todo un grande en Medellín! ¡Somos más, somos azules, somos gallinas, somos capital, somos Los Millonarios!

¡A llenar el Nemesio contra los rojos!

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