martes, 15 de abril de 2008

¡GRACIAS, MARIO!

Debemos dar las gracias a una persona que le devolvió la alegría de la demagogia, de la camiseta, de la pasión por ser hincha: Mario Vanemerak tomó un equipo moribundo, apaleado por la displicencia de su técnico, el uruguayo Lasarte. Los jugadores se pararon en la raya contra él porque le quiso aplicar a Millonarios la táctica, válida en algunos casos, de jugadores que eran de su país pero que nunca pasaron por buen momento. Recordamos, con infame dolor, ese 3-1 que el Pasto nos “clavó” acá en Bogotá por torneo local y siempre recordaremos ese agónico triunfo, inmerecido, contra La Equidad, con un equipo que no jugaba mal sino pésimo. Vimos, con dolor ese día contra los pastusos, cómo la hinchada de occidental se paró contra sus jugadores, tiró objetos a la cancha y así se le dijo no más al uruguayo, que con todos los pergaminos nunca encajó entre las toldas azules. Aparte de salir en tanqueta…

Así, con un incendio para apagar, apareció el reemplazo de aquella persona: Mario le inyectó en menos de tres días la dosis suficiente de amor a la camisa azul, les dio moral, les explicó qué es Millonarios y así se venció a los verdes de Medellín con marcador y tocata de ensueño. Ese día, estupefactos, vimos por el televisor cómo resurgía esa demagogia, ese amor propio, esa estampa perdida por más de veinte años. Ahora, después de todos los problemas que surgieron gracias a la forma de ser del ex técnico azul, nos queda más que un camino incierto. La forma como fue echado, como un perro, de la institución azul, nos hace reflexionar en cuanto lo que más necesita Millonarios: llevamos tres años con un presidente que ha cambiado seis veces de técnico y que no ha sido capaz de levarnos, junto a sus contrataciones y demás, a una final de torneo local. Porque el merecimiento de haber llegado hasta la semifinal de una copa internacional debe ser única y exclusivamente del “Basurita”: no nos vengan ahora a decir que fue gracias a las gestiones de una junta directiva que lo único que ha hecho, hasta ahora, es jugar con la pasión y con la misma hinchada que, domingo tras domingo, y entre semana, les paga una boleta para que ellos y los demás afiliados a la institución coman, estudien, trabajen, devenguen un sueldo. Mario se quedó, para siempre y desde hace veinte años, con nuestro corazón. Lo “bancamos” a muerte, lo queremos, lo respetamos y siempre le daremos gracias por todas esas alegrías que nos brindó. No nos aguantamos, como barra, la determinación de haberle dicho “hasta luego”: si algo queda claro es que es la peor decisión tomada en mucho tiempo. Tenemos quince puntos para disputar, posibilidades de entrar a cuadrangulares, los mismos jugadores abogaron por él ante la misma junta negligente e irresponsable, querían que se quedara y la hinchada siempre lo quiso y lo querrá.

Suenan bastantes técnicos: el “Bolillo” Gómez y “Sachi” Escobar (los dos son paisas y sabemos que los bogotanos hinchas del Millo NO QUEREMOS VER A NINGÚN PAISA DIRIGIENDO AL CLUB DEPORTIVO LOS MILLONARIOS). Está Jorge Luis Bernal, el Cacique, quien podrá estar dentro de la baraja de candidatos; estaba Claudio Borghi, argentino, ex D.T. de Colo-Colo, pero quien ya firmó con Independiente de Avellaneda en Argentina. ¿Quién será? Por lo pronto, toca ver qué es lo que hace el profe Bonner Mosquera con el equipo: tiene que meterle muchos huevos y corazón a un equipo que, al parecer, no tiene ni rumbo ni final. Podrán pasar muchos, pero lo único que queda es la hinchada.

GRACIAS POR LAS MIL ALEGRÍAS QUE NOS DISTE, MARIO.
ESTAREMOS ETERNAMENTE AGRADECIDOS CONTIGO Y TE ESPERAMOS PRONTO, OTRA VEZ.
¡AGUANTE MARIO!

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