“Los partidos son de noventa minutos, y hasta el último minuto los jugadores de Millonarios no se dieron por vencidos. En varios errores arbitrales, el Embajador se quedó con un empate que mereció victoria. Pero hay que mejorar… mucho…”
Un empate 3-3 en condición de visitante fue el resultado del Millonarios del profesor Bonner Mosquera. Con más novedades que refuerzos (porque no aparecieron por ningún lado los argentinos), el Millo se alzó con un empate que no es nada valioso, sino que nos tiene por fuera del grupo de los ocho clasificados.
El primer tiempo, más exactamente en los primeros diez minutos, Millonarios estuvo completamente deslucido, sin fútbol y sin el control de la pelota. Repasando línea por línea, Cuadrado tuvo altas y bajas; la línea del fondo con Gustavo Rojas y Roberto Carlos Cortés como laterales estuvo insegura durante los tres goles y para rematar Luis Asprilla se lesiona más adelante en el compromiso. La línea del medio estuvo algo compacta, pero se nota que le falta mucha distancia a Andrés Pérez. Gerardo “El General” Bedoya estuvo aceptable durante el compromiso y tuvo que ser reemplazado por Rafael Robayo por un certero golpe en su cabeza, donde tuvo que ser atendido médicamente en el Plazas Alcid de Neiva. Esperamos que se recupere pronto el capitán azul. Ciciliano tuvo varias importantes, pero no fue determinante el compromiso. Muy buenas las actuaciones de Ervin González por izquierda, Oscar Briceño (quien se inventó el penal del 3-3) y Jonathan Estrada, a quien le anulan un gol donde parte desde atrás: lastimosamente los dos líneas estuvieron equivocados ante ambas direcciones, pero en esa última jugada del partido es dónde más afecta al Millonario.
¿Cosas rescatables para este Millonarios que se vio por televisión? Que cuando le quita la pelota al rival puede armar jugadas de peligro que le representes opciones claras de gol; que no se da por vencido en todo el partido: cuando el Millo tuvo el balón con mucha calma supo crear oportunidades de gol.
¿Cosas para mejorar? Que se tiene que trabajar, URGENTEMENTE, en definición desde los doce pasos: no es posible que a Ciciliano le atajen (bueno, eso no es anormal), pero que a Estrada sí (menos mal supo definir cuando el portero atajó); los laterales estuvieron más que regulares: dos goles del local salieron no sólo desde mitad de cancha sino por entrada a los costados. No sabemos si Gustavo Rojas sea esa opción, pero tuvo complicidad en dos o tres, y a Roberto Carlos Cortés varios se le filtraron y le “quebraron” la cintura.
Quedamos en el puesto número DOCE, sin contar con el partido de Manizales. ¿Podremos clasificar? Cada momento que pasa es uno menos que tiene Millos para entrar a los ocho; esperamos y confiamos que el azul sacará toda su casta para entrar al grupo de la semifinal. Se viene el clásico capitalino y ese partido, más allá de ganarlo, se necesita para definir una nómina diferente, que tenga dos laterales de mejor rendimiento y que deje a Rafael Robayo como doble cinco con Bedoya: es la hora que no entendemos ese cambio por Andrés Pérez.
Buen desempeño del equipo del profesor Mosquera, pero todavía falta esa puntada final.
¿No es para pensar, con tres goles y un equipo de puros "criollos", que le estaban haciendo el cajón los mismos jugadores a Mario Vanemerak? Es para pensarlo: porque Millonarios NUNCA jugó así con Mario como técnico. Amanecerá y veremos...
¡Ánimo Gallinas! ¡Somos más, somos azules, somos Capital!
lagallinaponehuevos@gmail.com
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