Millonarios, antes de empezar el encuentro, sabía que era ganar o ganar, y no por un margen menor: lo debía hacer por más de tres goles si no quería depender de nadie. Como si fuera poco la hazaña inició muy temprano: Helinho toma una pelota servida desde la banda izquierda para anotar el gol apenas transcurrían 30 segundos de encuentro. Aún así, Millonarios en la mayoría del partido no tuvo la pelota la mayor parte del tiempo del cotejo: parecía un equipo pequeño, que no arriesgaba y que tuvo en Javier Araújo el gran conductor que el azul necesitaba durante todo el semestre. Así, en los pies de él, nace el segundo gol convertido por Rafael Robayo a los 20 minutos del encuentro. “Esto está cocinado”, se dijo en la tribuna, y así nos fuimos al descanso con la esperanza más que intacta para entrar sin depender de otro resultado.
En el segundo tiempo, las cosas fueron a otro precio: Javier Araújo sale lesionado y lo reemplaza por Mauricio “Café” Mendoza, quien tuvo un rendimiento aceptable en tres pelotas, todas con dirección al arco. Pero el equipo se desplomó: esa tromba que parecía el azul en la parte inicial se confundía en la mitad del campo; Helinho, quien anotó el gol inicial, se quedó poco a poco y su aporte con sus pases fue nulo; Gerardo Bedoya, quien fue impecable en el primer tiempo, lució descoordinado con sus pases; el medio campo regaló todo para que Néider Morantes deje servido un balón con el que la visita descontaría. Y ahí, en ese gol, era que se necesitaba la casta para que Millonarios, el Trece veces Campeón de Colombia, demostrara de qué estaba hecho. Pero no fue así… pases imprecisos, las pelotas de gol no entraban, los remates por fuera del área eran simples sustos que no pasaban a mayores y la ilusión azul, de la hinchada, se desvanecía poco a poco. Como si fuera poco, La Equidad en Techo, marcó un gol que le bastó para entrar a los Ocho y con ese mismo, nos dejó por fuera de las semifinales. Pero la culpa no es de La Equidad: es, obviamente, del Club Deportivo Los Millonarios.
¿Qué se debe hacer para enfrentar esta crisis millonaria? Hasta la saciedad se le ha hecho a entender a los directivos, jugadores y cuerpo técnico que este equipo no es el más chico de todos y que siguen jugando con la ilusión de la gente. Si tuvieran un poco de dignidad, los Directivos, empezando por su Presidente, Juan Carlos López y toda su comitiva deben renunciar inmediatamente; Luis Augusto García, mientras esté metido dentro de las toldas azules, será un símbolo de mal agüero para la institución millonaria. Hay un caso especial con los jugadores y el cuerpo técnico, empezando por el profesor Oscar Héctor Quintabani. A él le trajeron todos los jugadores que pidió, trabajó con ellos, los puso en orden y cintura, pero al parecer eso no fue suficiente. Los jugadores, cuando debían responder ante su público, pareció que se “pararon” dentro de la cancha. Algunos tuvieron los huevos y cojones para entender que esta camiseta se respeta y tiene historia. A fin de cuentas, si se van los directivos, por ahí derecho se va el técnico y la mayoría de jugadores. No sabemos quienes se deban ir o no, pero lo cierto es que el objetivo mínimo de entrar a los semifinalistas no se cumplió y eso es un fracaso, teniendo en cuenta que el equipo que se formó, con todas sus contrataciones, ha sido uno de los más costosos de la historia, no sólo de Millonarios, sino del torneo local. Primero que se vayan los directivos, la cabeza administrativa, y luego que se decida por una democratización del Club. Porque este reto ahora no es sólo de dos o tres personas, sino de toda una hinchada que está alentando y llevando siempre a su equipo a donde merece. Un año más de fracasos, un año donde no sabemos qué es estar dentro de una semifinal, un año alimentando una ilusión que no generará dividendos a largo plazo, una año más para sumar a los veinte que andamos sin título. Si seguimos siendo grandes es por nosotros mismos, por la hinchada, que nunca abandona.
Leímos en un trapo del club Chacarita Juniors, en un partido jugado la semana pasada en la cancha de Platense contra Talleres de Córdoba (ambos equipos del Gran Buenos Aires, en Argentina): “Cuando África y China se junten, hasta ese día te dejaré de perseguir”. Así piensa la Agru-Pasión Gallina: nos debemos a esto que fue construido de forma altruista, de forma fervorosa, que tiene una estampa, que alienta sin parar y que da con la esperanza de recibir. Pero que se vayan todos primero, y que no quede uno solo.
Por último, la Junta Directiva de la Barra quiere agradecer, de forma individual, a cada uno de sus socios, nuevos y antiguos, por su coraje, valentía, respeto, no violencia, aguante y muchos, pero muchos huevos. Nos alistamos a celebrar el Primer Año de labores y proyectos dentro de la Agru-Pasión Gallina. A todos, amigos, compañeros, compinches, viajeros, gracias y mil gracias por hacer parte de la Familia Gallina. Este blog tendrá una entrada más la siguiente semana y así culminaremos labores por este año: queríamos continuar pero no se dieron los resultados y el equipo no ayudó. Siempre queremos dar más, pero Millonarios, de la mano de dirigentes que no quieren al azul , no deja.